“Cuando estoy en el circuito, en la pista, no soy un hombre o una mujer. Soy simplemente piloto”, afirma con contundencia la húngara Edina Bús, una de las cinco mujeres pilotos que ha participado este año en la SEAT León Eurocup, la competición de su modalidad con más chicas.
Ella se desenvuelve en un mundo de hombres, aunque las mujeres entran cada vez con más fuerza. Todavía hoy, confiesa ella misma, su padre le pregunta si está segura de querer dedicarse a esto. Pero no tiene ninguna duda, y eso que los comienzos no fueron fáciles, cuando era la única mujer del pit lane y estaba sólo pendiente de “no equivocarme”. Ahora, asevera, “no hay ninguna desventaja” por el hecho de ser mujer.
La acompañamos a los entrenamientos previos a la carrera que se ha desarrollado en Montmeló. Lo primero que hace al llegar a boxes es saludar al equipo, todo chicos. “Cada uno de mis ingenieros y mecánicos me apoya, y eso es lo más importante”, sin olvidar que “son muy estrictos conmigo porque esto no es un juego, es un duro trabajo”. Y damos fe de ello, al observar cómo uno de sus ingenieros no se conforma con los tiempos que está marcando. Frente al monitor y observando la posición de la piloto nos confiesa que “está mejorando, pero todavía tenemos que seguir con algunas pruebas para conseguir más”.
Con el mono puesto, no hay nada que la diferencie de sus compañeros. Llega el momento que más le apasiona: se sube al volante, ruge el motor y “todo se detiene”. “Al volante siento poder, libertad y mucha motivación”, asegura. “Las mujeres piloto, si nos dan la oportunidad, somos capaces de correr a un gran nivel y subir a lo más alto del podio”, concluye.