Dentro de la estrategia de construcción de vehículos bajo licencia FIAT, nació en mayo de 1973 el que estaba llamado a sustituir al exitoso SEAT 1500. Nos referimos al SEAT 132, una berlina de representación de clase alta (segmento E) que disponía de muchas mejoras técnicas y ergonómicas con respecto al coche que sustituía (según su eslogan, un coche para personas que saben lo que quieren).
Para empezar, el diseño. El 132 era algo más corto que el 1500, aunque mejoraba la habitabilidad merced a una mejor distribución del interior. Por fuera, se abandonaron las reminiscencias americanas y se optó por una carrocería más limpia y redondeada, con un parabrisas más inclinado, que mejoraba la aerodinámica y, sobre todo, el consumo. Los faros, de doble óptica, al igual que las manecillas de las puertas, estaban embutidos en la carrocería, y los pilotos e intermitentes delanteros, en los paragolpes, los cuáles, para desgracia de muchos, carecían de protección de goma.
Interiormente, pocas pegas se le podían poner a un vehículo que tenía una instrumentación bastante completa, y con acabados, según versiones, de auténtica madera, aunque la presentación pudiera parecer sobria. El sistema de calefacción funcionaba a la perfección, disponía de ceniceros y luces de cortesía, y los asientos resultaban cómodos para la época. El conductor gozaba de un puesto de conducción muy acertado, con todos los mandos a mano, incluido el pomo del cambio, que podía ser, opcionalmente, de cinco velocidades (además, existió una versión automática). Atrás, había espacio suficiente para tres adultos, y el espacio para las piernas era abundante.
La dirección era bastante precisa, pero algo dura en parado. Con la versión de 2 litros, se incluyó la servodirección, solucionando este problema. Los frenos cumplían bien con su cometido y las suspensiones filtraban adecuadamente las irregularidades del terreno, aunque la falta de estabilizadoras provocaba balanceos en la carrocería.
Este vehículo ya se construyó pensando en la protección a sus ocupantes. No obstante, se hicieron pruebas de choque (crash-tests) en los que se deformaba la carrocería dejando intacto el habitáculo. Asímismo, la columna de dirección se dividía en partes, lo que evitaba que, en caso de choque, se clavara en el pecho del conductor. Otros elementos de seguridad eran los cinturones de seguridad en asientos delanteros y los reposacabezas, dispositivos que ya venían de serie.
En cuanto a la oferta de motores, tenía tres de gasolina, 1600, 1800 y 2000 centímetros cúbicos (cilindrada nueva en la marca SEAT), que ofrecían, respectivamente, 98, 105 y 109 cv, y dos diesel, de origen Mercedes, de 2000 y 2200 cm3, con 55 y 60 cv, respectivamente. Los eficaces motores de gasóleo, unidos a su gran habitabilidad, convirtieron al 132 en un excelente taxi.
De este modelo, que en su versión de 2 litros recibió mejoras estéticas de detalle, se comercializaron más de 100.000 unidades, entre ellas, versiones limusina, ambulancia y bomberos), aguantando en el mercado hasta 1982, justo el año después de que se rompiera el acuerdo de colaboración con FIAT por problemas, cómo no, económicos.
Os recomiendo que visitéis la
web www.pieldetoro.net (esto no es publicidad gratuita, solo pienso que es de interés para todos los amantes de la marca), en donde encontrareis mucha información sobre pruebas realizadas a vehículos de la época, además de a todas las versiones del SEAT 132. No os la perdáis.
FIRMADO: DIOXIGENO