El Toledo 1M apareció en el año 1998 y con él, toda la tecnología de vanguardia que SEAT, nunca había incorporado en ningún modelo. Para algunos aficionados esta generación del Toledo ha sido la mejor generación, y en el año 2001, SEAT presentó un prototipo sobre este llamado Toledo ACC.
Creado por el Centro Técnico de Martorell, quizás una de las creaciones más importantes de dicho centro que cumple 40 años, este Toledo incorporaba elementos como un sistema de control de crucero adaptativo que podía interpretar el trazado de la carretera, así como las señales de trafico y la situación y velocidad de los coches que lo rodean.
Este modelo era un prototipo, con un sistema de control de crucero adaptativo (ACC) avanzado para la época, que pretendía mejorar la conducción, así como aumentar la seguridad dinámica. Además el ACC controlaba de forma automática la distancia hacía al coche de delante, como reconocer señales de tráfico, líneas que delimitan los carriles, que junto al sistema de navegación adecuaba la velocidad al trazado de la carretera.
Respecto a un Toledo convencional, este prototipo incorporaba algunas modificaciones importantes a destacar como los faros delanteros, que incorporaban dos sensores por láser que eran empleados para el control de velocidad de crucero, una cámara situada en el espejo interior y el techo que servía para el reconocimiento de señales de tráfico, así como para leer las lineas de la carretera.
El sistema, además, permitía una serie de funciones avanzadas del vehículo como el Stop&Go que permitía que el vehículo de forma automática y mediante un sensor, disminuyera la velocidad al detectar un vehículo que circulara más despacio delante y recuperar la velocidad anteriormente fijada cuando el coche que circulaba delante ya no se encontrara en su trayectoria.
Otro sistema a destacar era el reconocimiento de límites de velocidad que detecta señales de tráfico mediante cámaras. El conductor recibe la información sobre la velocidad máxima permitida por medio de un sintetizador de voz y mediante indicaciones luminosas en el cuadro de instrumentos. Si se desea, el coche adaptará su velocidad a la máxima que indica la señal de tráfico.
El control para mantener la trayectoria trabajaba, a través de un sistema de reconocimiento de imágenes, que era posible detectar de forma fiable los bordes del carril. En esta función una unidad electrónica calculaba la distancia entre el coche y las líneas del carril. También disponía de un control de velocidad en curva.
Este Toledo se basaba en la versión 1.8 de 20 válvulas gasolina de 125 CV, que incorporaba cambio automático, siendo la versión Signa la utilizada en este prototipo, uno de los proyectos más ambiciosos que el Centro Técnico de Martorell a realizado, el Toledo ACC quedó en prototipo aunque SEAT quería comercializar este modelo en el año 2002 y que se produjeran unas 4.500 unidades al año, el paradero actual del modelo se desconoce.
Eso sí, esta tecnología ya la podemos ver a día de hoy en coches de calle. y es el propio SEAT León, el que ya puede disponer de algunas de estas opciones de forma opcional.
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