SEAT y Endesa buscan darle una segunda vida a las baterias de los coches híbridos y eléctricos.


La industria del vehículo eléctrico está en pleno desarrollo, con cada vez más modelos comerciales en el mercado, pero se siguen aunando esfuerzos para mejorar uno de los temas clave: su principal activo, las baterías. Es por ello, que SEAT y Endesa están buscando la posibilidad de darle un nuevo uso, puesto que con 10 años de uso, según un estudio, todavía queda el 80% de la batería con vida útil, en colaboración con el laboratorio Sunbatt.

El estudio está liderado por Endesa y SEAT, y colaboran también la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), el Institut de Recerca en Energia de Catalunya (IREC) y el Centre d’Investigació de Recursos i Consums Energètics (CIRCE) y se persiguen tres objetivos claros: por un lado, obtener un análisis del comportamiento de las baterías en una segunda vida;  por otro, y como resultado de este primero, mostrar los usos que se le puedan dar;  Y en tercer lugar, extraer nuevos modelos de negocio que con ello pudieran surgir.

Por lo que se refiere a qué uso se le podría dar a este producto el día de mañana, el mismo living lab es la prueba de su viabilidad en el terreno de los servicios energéticos –ya que actualmente está desarrollando un papel activo en una smartgrid. Muy unido a este punto, podrían destinarse baterías de segunda vida al almacenamiento de energías renovables, en servicios de distribución –dando disponibilidad energética a zonas o lugares donde no llega la corriente eléctrica-, o, incluso, en el mismo ámbito doméstico. De estos usos, como es lógico, se derivarían posibles modelos de negocio que ambas compañías, tanto Endesa como SEAT, están actualmente explorando.