El nuevo SEAT León añade a su oferta de acceso dos motores gasolina y diésel.


El nuevo SEAT León incorpora a su oferta mecánica dos versiones de inicio de gama: 1.0 TSI 110 CV en gasolina, y 2.0 TDI CR 115 CV en diésel; ambas opciones ya están disponibles en la versión de carrocería de 5 puertas, y con el acabado Style Launch Pack. Por su parte, el motor 2.0 TDI CR 150 CV DSG-7 amplía su disponibilidad ahora también con el acabado Style, tanto en el 5 puertas como en el Sportstourer.

La gama de motores del nuevo compacto de SEAT marca un antes y un después en la compañía, ofreciendo por primera vez hasta cinco sistemas de propulsión diferentes en un modelo, y disponiendo así de etiquetas medioambientales ‘C’, ‘ECO’ y ‘CERO’, con el objetivo de adaptar su oferta comercial a cualquier necesidad de los clientes. A la espera de la llegada de las versiones TGI y e-Hybrid –Gas Natural Comprimido (GNC), e híbrido eléctrico enchufable (PHEV), respectivamente–, el nuevo León ya está disponible en el configurador de SEAT con mecánicas TSI de gasolina, TDI diésel, y la opción micro híbrida eTSI (Mild-Hybrid).



Las variantes mecánicas del nuevo SEAT León ofrecen potencias de entre 90 CV y 204 CV, asociadas a cajas de cambio manual de seis relaciones o automática DSG de siete, ahora con tecnología “shift-by-wire” –con conexión electrónica entre la caja y la palanca–, y con tracción delantera o total, esta última disponible próximamente en la versión de carrocería Sportstourer.


Los motores 1.0 TSI 110 CV y 2.0 TDI 115 CV

Las versiones de acceso a la gama del nuevo SEAT León 5 puertas, en gasolina y diésel, cuentan ahora con los motores 1.0 TSI 110 CV –a la espera de la llegada del 1.0 TSI 90 CV–, y 2.0 TDI CR 115 CV. Ambos cumplen con la más exigente normativa de emisiones actual Euro 6 gracias a una serie de avances tecnológicos que hacen de ellos dos de los motores más sofisticados y eficientes del mercado, ambos unidos a un cambio manual de seis velocidades, y asociado a la tracción delantera.

Por su agrado de uso, suavidad de funcionamiento y reducido consumo son, en suma, la combinación ideal para circular con agilidad por el tráfico interurbano, y viajar con soltura por carretera. Todo ello con una calidad de rodadura excepcional en todo momento.

El bloque de gasolina 1.0 TSI con 110 CV es un motor tricilíndrico de 999 cm3 sobrealimentado mediante turbo de geometría variable, que destaca por incorporar un sofisticado módulo electrónico de regulación del termostato que integra la bomba del líquido refrigerante, y un sistema de gestión de gases que cuenta con catalizador de cuatro vías y filtro de partículas específico para los motores de gasolina.


Se trata de un motor muy compacto, con bloque y culata de aluminio y situado en posición delantera transversal, con unas cotas de cilindro de 74,5 x 76,4 mm de diámetro y carrera, respectivamente, un ratio de compresión de 11,5:1, y que cuenta además con colector de escape integrado en la culata, accionamiento del árbol de levas por correa dentada, distribución variable en admisión y escape, inyección directa de hasta 350 bar de presión, y bomba de aceite duocéntrica integrada en la tapa del cigüeñal.

La respuesta, además de suave, resulta increíblemente contundente. Ofrece su potencia máxima de 110 CV (81 kW) a 5.500 rpm. Por su parte, el par máximo es de 200 Nm y se desarrolla entre 2.000 y 3.000 rpm. Pero lo mejor es que, desde 1.500 rpm el motor ya está entregando 175 Nm, lo que supone un 87 por ciento del par máximo disponible. Por eso, desde ralentí hasta prácticamente el corte de inyección, el nuevo León 1.0 TSI se mueve con una contundencia sorprendente y sin apenas ruido ni vibraciones, todo un ejemplo de calidad de rodadura.

En cuanto a sus prestaciones, alcanza una velocidad máxima de 197 km/h y acelera en 10,9 segundos hasta los 100 km/h desde parado. Su consumo medio es de 4,7 l/100 km según la actual homologación NEDC correlado; según ciclo WLTP presenta un reducido consumo combinado de entre 5,2 y 6 l/100 km. Siguiendo con la homologación actual, su consumo en ciudad es de 5,7 l/100 km, y de 4,1 l/100 km en extraurbano. Estas cifras suponen unas emisiones de CO2 de 107 g/km NEDC –entre 119 y 137 g/km según homologación WLTP–, quedando exento del pago del impuesto de matriculación, y con etiqueta medioambiental ‘C’.


Por lo que respecta al bloque diésel 2.0 TDI CR de 115 CV, se ha conseguido reducir en 19 g/km las emisiones de CO2 respecto al anterior motor 1.6 TDI CR 115 CV, gracias a un conjunto de medidas. La depuración de los gases de escape se realiza mediante un catalizador de cuatro vías, mientras que la inyección directa por Common Rail se realiza mediante inyectores piezoeléctricos con una presión de hasta 2.200 bar.

El sistema de depuración de los gases de escape está formado por dos válvulas de recirculación de los gases de escape (una para alta presión y otra para baja presión, consiguiendo reducir así las emisiones generadas), un catalizador de oxidación,  un filtro de partículas con recubrimiento SCR, y un catalizador de reducción. Como gran novedad, este sistema cuenta ahora con dos inyectores de agente reductor AdBlue para reducir al mínimo los óxidos de nitrógeno. Siguiendo el recorrido de los gases de escape, el primer inyector de agente reductor está ubicado entre el catalizador de oxidación y el filtro de partículas con recubrimiento SCR, conectados entre sí como un único módulo. El segundo inyector de agente reductor está ubicado en la entrada del segundo catalizador de reducción.

Asimismo, el motor 2.0 TDI cuenta además con  intercooler refrigerado por agua e integrado en el colector de admisión, un sistema de gestión térmica del motor mejorado gracias al módulo del termostato de funcionamiento eléctrico, un turbocompresor con actuador eléctrico, incorporado en el colector de escape, capaz de generar una mayor velocidad de los gases, y una bomba de aceite de caudal variable que incorpora un sofisticado sistema de desconexión de la refrigeración de los pistones, consiguiendo así reducir el consumo y las emisiones al permitir disminuir la demanda de potencia de la bomba de aceite.


El bloque de cuatro cilindros y 1.968 cm3 presenta unas cotas de cámara de 81 x 95,5 mm de diámetro por carrera, y un ratio de compresión de 16:1. Desarrolla su potencia máxima de 115 CV (85 kW) entre 2.750 y 4.250 rpm, y presenta un par máximo constante de 300 Nm desde 1.500 hasta 2.500 rpm, ofreciendo así una agradable respuesta ante las demandas del conductor sobre el acelerador, a prácticamente cualquier régimen de motor. Además, los adecuados desarrollos de la caja de cambios manual de seis velocidades permiten obtener un rendimiento óptimo en cualquier circunstancia.

Según la actual homologación NEDC correlado, presenta un consumo medio de 3,4 l/100 km, 3,8 l/100 km en ciclo urbano, y 3,2 l/100 km extraurbano. Según pruebas WLTP, su consumo combinado oscila entre 4,1 y 4,7 l/100 km. En cuanto a sus emisiones, presenta 90 g/km de CO2 (NEDC), y entre 107 y 124 g/km (WLTP). Dispone de la etiqueta medioambiental ‘C’ y, al igual que ocurre en el resto de la gama de motores actuales del nuevo León, está exento del pago del impuesto de matriculación.