El SEAT Design Team ha dedicado tres años y medio a dar forma al nuevo León. Innovar, manteniendo a la vez el ADN de un pilar de la marca como es el SEAT León, ha sido un gran reto. Su director, Alejandro Mesonero-Romanos, nos lo cuenta.
¿Cuáles son las principales novedades de la cuarta generación del SEAT León?
Del exterior, las proporciones han evolucionado de manera considerable. Las proporciones determinan en gran medida la belleza de cualquier objeto, y por supuesto de un coche. El nuevo León, en vista lateral, se caracteriza por un capó más largo y bajo. Ello le confiere una actitud más deportiva, más estable, mejor asentada sobre el asfalto. La expresión del frontal también ha cambiado. La mirada de sus faros, su conexión tridimensional con la calandra. Son rasgos que le dan una deportividad muy latina.
El interior es más innovador todavía. Es un concepto inédito en el mercado. Diseño y tecnología se unen para crear un concepto de iluminación muy especial. Es iluminación de ambiente, pero a la vez funcional. Han cambiado muchas cosas, pero lo importante es que sigue siendo un León.
¿Qué comparten las cuatro generaciones?
El espíritu. Un León es un coche con alma deportiva, siempre combinada con una buena dosis de elegancia y sencillez en su diseño.
¿Qué os ha costado más diseñar?
Lo más difícil para mí es casi siempre el encontrar la armonía perfecta entre todas las partes. Pero también ha sido un reto cómo evolucionar fuertemente el lenguaje de diseño del León sin perder su personalidad. Hemos pasado de líneas muy duras, con radios mínimos muy precisos a una escultura mucho más sensual, con líneas más espaciadas, conectadas por amplias superficies de carrocería. Ha sido un ejercicio de diseño simplificación para obtener una lectura sencilla, memorable.
¿Qué ha aportado cada una de las áreas dentro de Diseño?
Cuando diseñamos un nuevo coche, todas las áreas de Diseño deben funcionar como instrumentos bien afinados y coordinados dentro de una orquesta. Aplicamos la mejor tecnología y las herramientas más adecuadas para cada momento y en cada fase del proyecto. Es, mayoritariamente, en un 80-90%, un proceso digital. Esto nos permite ser más rápidos y economizar medios y tiempo en el proceso. Sin embargo, hay una fase en la que no podemos dejar de ver el modelo a escala real. Una verificación final, que solo permite el modelo escala 1:1 de arcilla o clay.
¿Cuántas horas ha dedicado el equipo al nuevo León?
En diseño no solemos contar las horas de trabajo. Es una ventaja de vivir nuestra pasión; nuestro trabajo no acaba hasta que estamos convencidos de que el resultado va a ser perfecto. El nuevo León es buena prueba de ello. Estoy orgulloso del trabajo que ha hecho una vez más el equipo. Personalmente, creo que es el mejor León de la historia hasta la fecha. La próxima generación de León tendrá por delante un reto más difícil todavía.
