A principios de los 80 la marca SEAT vivía sumida en un zulo financiero e industrial motivada por la “espantada” de Fiat; a pesar de que nunca abandonó del todo la actividad deportiva, promocionando certámenes de rally basados en el Panda y el Fura Crono, no sería hasta 1985 cuando comenzaron la Copa VW Polo en los circuitos españoles y un certamen de rallies basado en el Ibiza.
Con motivo de estas dos actividades nació Seat Sport, una estructura especializada y como siempre motivada, que en 1987 afrontó uno de los proyectos más originales y complejos del automovilismo nacional: el Seat Ibiza Bimotor. 




