La visita a la fábrica de Martorell.


Es sábado y Juan Manuel se ha despertado un poco más tarde de lo habitual. Pero hoy su destino es el mismo que de lunes a viernes: la fábrica de SEAT en Martorell. Eso sí, es un día especial. Va a ir con su familia, a los que enseñará su puesto de trabajo y con los que conocerá rincones de la fábrica que incluso a él le son desconocidos. 

Al llegar con el coche, Juan Manuel ya les avisa: “Todo eso que veis ahí es SEAT”. “¡Es enorme!” responde con admiración Paula, una de sus hijas. Ya en el interior de la fábrica, su padre les enseña su puesto de trabajo en el taller 10, dedicado al Montaje. “Cuántos coches hay aquí, ¡qué pasada!”, suspira su hijo mayor, quien a sus ocho años lo tiene claro: “cuando sea mayor quiero trabajar en SEAT”.“Es un apasionado de los coches, lo ha vivido desde muy pequeño”, explica Juan Manuel.  

Como ellos, miles de trabajadores, familiares y amigos, han visitado este sábado las instalaciones de la firma automovilística española. “Para nosotros este evento es muy importante porque refuerza el vínculo especial que los trabajadores, y también sus familias, tienen con SEAT”, explica Markus Schmaderer, responsable de Desarrollo de Personal de Recursos Humanos de SEAT.  

En el Centro Técnico, Damià se detiene junto con su hija delante de uno de los faros led en el túnel óptico, donde trabaja cada día. “Papá, ¿qué luces haces tú?”, le pregunta. Orgulloso, este empleado confiesa que, al entrar al lugar con su hija, se ha emocionado. “Estoy aquí todos los días, y compartirlo ahora con mi familia es algo realmente muy especial”.

Al mismo tiempo y a unos kilómetros de distancia, el hijo de María, empleada de Pinturas, se distrae con su padre jugando al scalextric en un espacio habilitado para la distracción de los más pequeños. Mientras tanto, su otra hija ayuda con tan solo cinco años a pintar un coche con la palma de su mano mientras exclama “qué divertido mamá, de mayor yo también quiero pintar coches”. 

El ir y venir de trabajadores y familiares es continuo. Hace calor, pero nadie ha querido perder la oportunidad de conocer a fondo la fábrica. Los más atrevidos se han acercado al test drive del Leon X-PERIENCE, una prueba en la que han tenido la oportunidad de probar el coche acompañados de monitores especializados. “¡Ha sido brutal!”, exclama Pedro, el sobrino de Carlos. “Este coche lo aguanta todo, ¿qué te pensabas?”, replica con orgullo su tío, empleado de Chapistería. 

Juan Manuel y su familia terminan exhaustos. Han sido horas de máxima diversión, conociendo la fábrica y disfrutando de las actividades para los más pequeños, como las camas elásticas, los inflables, los talleres de globoflexia y pintacaras. Pero antes de irse, han querido reservar para el último momento la oportunidad de conocer el despacho del presidente, Jürgen Stackmann. Ahí, Paula avisa: “¡De mayor, yo también dirigiré una gran empresa!” A Juan le brillan los ojos. Ha sido un día intenso y agotador, “pero ha valido mucho la pena”, reconoce.